La esencia de la grandeza radica en la capacidad de optar por la propia realización personal en circunstancias en que otras personas optan por la locura.
Mira por encima de tu hombro. Te darás cuenta de que tienes a tu lado un compañero que te acompaña constantemente. A falta de un nombre mejor llámalo (Tu -Propia-muerte.) Puedes tener miedo a este visitante o usarlo en tu propio beneficio. De ti depende la elección.
Siendo la muerte una propuesta tan eterna y la vida tan increíblemente breve, pregúntate a ti mismo: «¿Debo evitar hacer las cosas que realmente quiero hacer?», «¿Viviré mi vida como los demás quieren que la viva?». Lo más probable es que tus respuestas se puedan resumir en unas pocas palabras: Vive... Sé tú mismo... Goza... Ama.
La próxima vez que tengas que decidir acerca de tu propia vida, que tengas que hacer una elección
personal, hazte una pregunta muy importante:
«¿Cuanto tiempo voy a estar muerto?»
Ante esa perspectiva eterna, puedes decidir ahora lo que prefieres, lo que eliges, y dejar a los que siempre estarán vivos las preocupaciones, los temores, la cuestión de si te lo puedes permitir y la culpabilidad.
Si no empiezas a actuar de esta manera, ya puedes formularte la posibilidad concreta de vivir toda tu vida tal como los demás piensan que debería ser. Ciertamente si tu estancia en la tierra es tan corta debería ser por lo menos agradable. En pocas palabras, se trata de tu vida; haz con ella lo que tú quieres
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